El pasado día 21 de septiembre se conmemoraron el “Día Mundial del Alzheimer”. Con motivo de ayudar a concienciar de la importancia de la prevención (ya que aún no hay cura para esta enfermedad), vamos a dedicar la entrada de esta semana a hablar de la relación que existe entre el Alzheimer y la pérdida auditiva.
En los últimos años se han publicado algunos estudios que sugieren que las personas con problemas auditivos tienden al aislamiento, y su capacidad cognitiva puede llegar a reducirse un 40% más rápido que quien no los padece.
Además, el aislamiento es otro de los factores de riesgo para el desarrollo de deterioro cognitivo, lo que contribuye a acelerar el proceso de demencia senil o de Alzheimer.
Tratar la pérdida de la audición – incluso la pérdida leve – más pronto que tarde es vital. Proporcionar apoyo al nervio auditivo puede ayudar a reducir la tensión en esa parte del cerebro, lo que puede permitirle dedicar más recursos a la gestión de la memoria. Esto puede tener el efecto añadido de reducir el estrés, dolores de cabeza, en la concentración prolongada, y mejorar la calidad de vida en general.
Abordar incluso la pérdida auditiva leve “a tiempo” tendrá efectos positivos en la vida a nivel global, pero también puede ayudar a la función cerebral de manera más eficiente.
Como es natural, no se puede concluir que el uso de audífonos previene o frena la aparición de estas enfermedades, incluidas la demencial senil y el Alzheimer, pero sí es muy importante minimizar los efectos que estas enfermedades tienen mediante:
- Potenciar la comunicación para evitar el aislamiento y el desinterés por lo que sucede a nuestro alrededor.
- Oír y entender de manera correcta los sonidos y las conversaciones.
Prevenir es vivir. Llámenos al 963 44 66 55 y le comprobaremos su capacidad auditiva de manera gratuita y sin compromiso.
Fuentes: