
Henrik, usuario de audífonos Oticon Intiga
En la primera etapa de su viaje con Oticon Intiga, Henrik Raun, de 51 años, descubrió detalles que no sabía que se había estado perdiendo. En la próxima etapa, espera seguir haciendo descubrimientos.
Cuando el hijo de Henrik Raun llegó a la adolescencia, su voz empezó a adquirir un tono más grave. Aquello hizo que, gradualmente se abriera una brecha de comunicación entre ambos. Es posible que su pérdida auditiva se deba a su afición de toda la vida por la música rock, o a los disparos de escopeta de las partidas de caza en las que participó en su niñez. Henrik no lo sabe con seguridad. Lo que sí sabe es que al final acabó acudiendo a un centro auditivo público.
«Había empeorado en los últimos dos años. Oía cada vez peor la voz de mi hijo y en mi familia me hacían cada vez más comentarios. Al fin decidí tomar medidas. Los primeros audífonos que me puse no estaban bien ajustados y duré con ellos un día. Pero con Oticon Intiga, la cosa fue muy diferente».
Un buen comienzo
«Fue como cuando me puse las gafas por primera vez. Antes de llevarlas, alguien podía saludarme con un gesto y yo no me enteraba. Cuando me puse las gafas, volví a verlo todo. Con los audífonos Intiga me pasó lo mismo. De repente, el mundo empezó a sonar con nitidez. Me sentí cómodo con ellos. Así de sencillo».
En diferentes días de la semana, podemos encontrar a Henrik ensayando con su banda, jugando al bádminton o al voleibol, o incluso practicando la caza. También alimenta su fascinación por la ciencia y la filosofía asistiendo a conferencias en el prestigioso Instituto Niels Bohr de Copenhague. La mayor preocupación de Henrik en relación con los audífonos no era su aspecto, porque Intiga es casi invisible; le inquietaba bastante más el ruido que podían producir.
«Recuerdo que los audífonos de mi abuelo pitaban cuando nos acercábamos demasiado a él. Yo estaba convencido de que a mí me iba a ocurrir lo mismo. Además, yo toco la guitarra en una banda que toca de todo, desde Frank Sinatra a rock duro. Sin embargo, cuando nos reunimos para ensayar, me quedé asombrado de lo mucho que podía oír y lo silenciosos que eran los audífonos. No producían ninguna distorsión».
Cambios radicales
«Hace poco visité el nuevo centro de informática de Novo Nordisk. Es una instalación de alta seguridad en la que hay más de 300 servidores. Tienen el doble de las fuentes de alimentación que necesitan y el triple de ventilación. Imagínate el murmullo de todos esos servidores y el zumbido de los sistemas de ventilación. Imagínate al guía, intentando explicarte la configuración. Y ahora, imagíname a mí… ¡entendiendo perfectamente la voz del guía en mitad de todo ese ruido!»
Esta historia podría ser la suya. Cada año, miles de personas recuperan su audición y, con ella, la alegría de vivir. En nuestro Centro Auditivo Profesional, podrá probar con total comodidad y sin compromiso alguno, sus nuevos audífonos.
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Fuente: Oticon.es